Una vez asumida la importancia de la planificación para la elaboración de una presentación y comprendido que al principio hay que estar alejados del ordenador, el siguiente paso es tener un protocolo, un esquema para comenzar a trabajar. Personalmente y una vez contestadas las preguntas que enumeré en la entrada anterior, uso el siguiente:
- Identificación clara del mensaje principal
- Estructura de la presentación. La mayoría de los casos la divido en tres partes, introducción, desarrollo y conclusión, teniendo en cuenta que dicha estructura debe servir para potenciar el mensaje principal. Todo aquello que pongamos que no tenga que ver de una forma directa con él o no sirva para resaltarlo, hay que eliminarlo. Nuestro objetivo es que la audiencia entienda y recuerde la idea esencial, no demostrar todo lo que sabemos volcando mucha información, lo cual en muchas ocasiones, sólo sirve para ser menos claros y concretos dificultando el proceso de asimilación de los oyentes.
- Creación de una entrada potente que capte la atención y sirva para demostrar que lo que van a ver es muy bueno. Hay que recordar que el primer minuto es fundamental.
- Creación de un final, que remarque sin duda alguna, cual es el mensaje que hemos querido comunicar y fomente su recuerdo en el tiempo. Posiblemente un buen final es uno de los elementos más importantes para ser memorables.
- Diseño de las diapositivas, teniendo en cuenta que no estamos haciendo un documento sino una presentación, deben primar las imágenes respecto al texto. Las personas acuden para vernos y escucharnos a nosotros, por lo que la presentación debe ser un refuerzo visual de nuestra charla.
- Plasmar en el ordenador todo lo anterior
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